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Piero Cipollone
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  • DISCURSO

De la dependencia a la autonomía: el papel de un euro digital en el entorno de pagos europeo

Intervención de Piero Cipollone, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo

Bruselas, 23 de septiembre de 2024

Es un honor comparecer hoy aquí ante los nuevos miembros de esta Comisión para informarles de los últimos avances del proyecto del euro digital. Permítanme también felicitar a Madame Lalucq por su elección como presidenta de la Comisión ECON.

El BCE aprecia los intercambios francos y fructíferos que hemos mantenido en esta Comisión en relación con el euro digital desde el inicio del proyecto. Estoy plenamente comprometido a continuar con estos intercambios y espero con interés nuestros futuros debates.

Hoy me centraré en tres aspectos principales. En primer lugar, la dependencia europea de actores de fuera de Europa para los pagos minoristas. En segundo lugar, los beneficios de un euro digital para todos, incluidos consumidores, comerciantes y bancos. Y, en tercer lugar, los avances logrados hasta la fecha en este proyecto.

Entorno de pagos europeo dominado por actores de fuera de Europa

Teletransportémonos al año 2030 e imaginemos que estamos en España asistiendo al mundial de fútbol. Queremos comprar un refresco, pero solo se puede pagar con Alipay. Este escenario no es tan improbable como podría parecer: este verano las entradas del campeonato europeo de fútbol celebrado del Alemania solo podían comprarse utilizando medios de pago chinos o estadounidenses.

¿Pueden imaginar algo así en Estados Unidos? ¿Querer asistir a la final de la liga de fútbol americano, por ejemplo, y no poder pagar con medios de pago de ese país? Yo, definitivamente no.

Aunque naturalmente el Eurosistema seguirá garantizando que en Europa podamos seguir pagando con efectivo[1], este está perdiendo popularidad con el avance de los pagos digitales y del comercio electrónico[2].

Por ejemplo, cada vez más personas hacen la compra online. Pero no se puede pagar con efectivo y la única opción disponible es casi siempre PayPal, o una red internacional de tarjetas, como Visa o Mastercard.

Y cada vez más gente utiliza carteras digitales como PayPal o Apple Pay en sus teléfonos móviles. Se espera que en 2027 estas plataformas gestionen el 40 % del comercio electrónico y el 27 % de los pagos en establecimientos físicos en Europa[3].

Al mismo tiempo, la proporción de empresas que no aceptan efectivo ha aumentado significativamente en la zona del euro[4].

Estos cambios están contribuyendo a la marginación de las personas mayores o con menor dominio de la tecnología. También nos hacen depender de empresas no europeas, con el riesgo que entraña.

Imaginemos qué pasaría si no pudiéramos pagar digitalmente. Por ejemplo, hace dos semanas gran parte del mercado europeo de pagos con tarjeta se vio afectado por una caída que duró casi un día entero[5]. Al igual que con la electricidad, el gas o el agua, no pensamos en los pagos hasta que dejan de funcionar. En el caso de la energía, la invasión rusa de Ucrania nos lo ha enseñado de manera dolorosa. Para los pagos, es nuestro deber ofrecer a los europeos algo mejor.

Necesitamos nuestro propio sistema de pagos digitales sólido[6]. Podemos conseguirlo llevando el dinero del banco central a la era digital con la introducción de un euro digital: una forma de efectivo emitida por el banco central y disponible para todos en la zona del euro[7].

Un euro digital reforzaría la soberanía y la resiliencia financieras de Europa, ya que se basaría en tecnología e infraestructuras europeas. Permitiría a Europa desarrollar y gestionar de forma independiente soluciones de pagos digitales, lo que apoyaría una mayor profundización del mercado único[8].

Y lo que es más importante, el euro digital aportaría beneficios tangibles a todas las partes interesadas: consumidores, comerciantes y bancos.

Ventajas para los ciudadanos europeos

Apoyamos decididamente el paquete de medidas sobre la moneda única[9], que garantizará que el efectivo continúe estando fácilmente disponible y siendo ampliamente aceptado, y allanará el camino hacia el euro digital, lo que trasladaría las ventajas del efectivo al mundo digital.

Los consumidores podrían utilizar el euro digital para todo tipo de pagos en cualquier lugar de la zona del euro y también para comercio electrónico. Con el euro digital, ordenar o recibir pagos sería gratuito y tan sencillo como pagar en efectivo actualmente. Los consumidores solo necesitarían utilizar un dispositivo y recordar una contraseña. Además, disponer de un único medio de pago para todo tipo de situaciones permitiría a los usuarios tener una visión general de sus gastos.

Es importante señalar que el euro digital trataría de promover la inclusión financiera digital asegurando que nadie se quede atrás[10]. Sería accesible para todos en cualquier lugar de la zona del euro, a través de una aplicación móvil o de una tarjeta física, de forma que los usuarios puedan elegir la tecnología con la que estén más cómodos, independientemente de su edad o dominio tecnológico.

Por último, un euro digital proporcionaría el mayor nivel de privacidad y protección de datos que la tecnología de los grandes sistemas de pagos ofrece actualmente[11]. Desde el principio, asegurar la privacidad de los usuarios ha sido un aspecto destacado del proyecto del euro digital.

El euro digital estaría disponible tanto online como offline[12]. En la modalidad offline, los usuarios disfrutarían de un nivel de privacidad similar al del efectivo. La información sobre los pagos offline con euros digitales solo la conocerían el ordenante y el beneficiario. También para los pagos online, aseguraríamos que los datos personales sigan siendo privados. El Eurosistema no podría identificar al usuario, ni vincularlo directamente con sus pagos[13].

Nuevas oportunidades para los comerciantes

El euro digital ofrecería nuevas oportunidades a los comerciantes europeos.

Estos dependen en gran medida de un reducido número de métodos de pago online o con tarjeta dominantes, controlados generalmente por proveedores no europeos. Las redes internacionales de tarjetas representan actualmente el 64 % de las operaciones con tarjeta en la zona del euro[14].

Esto cuesta mucho dinero a los comerciantes europeos, que en conjunto pagan cada año elevados importes a las redes internacionales de tarjetas, como Visa o Mastercard. Y estos costes son soportados principalmente por los comerciantes más pequeños, que incurren en costes entre tres y cuatro veces superiores a los de sus competidores de mayor tamaño[15].

El euro digital incluiría salvaguardias para los comerciantes en forma de límites a las comisiones que aplican los bancos por procesar los pagos[16]. Por tanto, un euro digital reduciría la brecha entre lo que pagan los comerciantes más grandes y más pequeños por los pagos digitales.

Al ofrecer una verdadera alternativa a las soluciones de pago existentes, el euro digital también situaría a todos los comerciantes, grandes y pequeños, en una posición más fuerte para negociar mejores condiciones con otros proveedores. Por último, proporcionaría una red de seguridad a los comerciantes en caso de caídas de red o apagones eléctricos, gracias a su modalidad offline[17].

Ventajas para los bancos

Los bancos también se beneficiarían, especialmente en nuestro entorno de pagos en rápida evolución, con cada vez más actores nuevos entrando en el mercado —especialmente grandes empresas tecnológicas de fuera de Europa—. Los bancos recibirían una remuneración por los servicios que presten, mientras que el Eurosistema cubriría los costes del esquema y de la infraestructura del euro digital.

Si comparamos un euro digital con servicios como PayPal o Apple Pay, las ventajas para los bancos son aún más evidentes. Por ejemplo, los bancos no ganan nada cuando los usuarios recargan el saldo de una cuenta PayPal mediante domiciliación bancaria. Y con Apple Pay deben pagar una comisión para que sus tarjetas puedan utilizarse en Apple Wallet.

Un euro digital también proporcionaría a los bancos una nueva fuente de ingresos al permitirles prestar servicios de valor añadido a sus clientes[18].

Estamos colaborando estrechamente con el mercado para asegurar que el euro digital se base en la mayor medida posible en los estándares existentes, lo que reduciría costes y apoyaría un entorno de pagos competitivo en Europa[19].

Además, las tarjetas y aplicaciones actualmente disponibles en uno o en un pequeño grupo de Estados miembros podrían utilizar esos estándares para llegar a clientes de toda la zona del euro sin necesidad de invertir en nuevas infraestructuras de aceptación. Por tanto, con el euro digital los proveedores de servicios de pago (PSP) europeos podrían ofrecer a sus clientes la comodidad de utilizar su producto en cualquier lugar de la zona del euro, igual que las empresas internacionales de tarjetas. Asimismo, reforzaría la posición negociadora de los bancos frente a esas empresas.

Por último, los bancos y otros PSP se encargarían de distribuir el euro digital, por lo que actuarían como único punto de contacto para sus usuarios. En consecuencia, el euro digital podría ayudar a los bancos a retener a sus clientes ante la creciente competencia en los pagos.

La fase de preparación del proyecto avanza a toda velocidad

Permítanme comentar ahora brevemente el estado actual del proyecto[20].

Comenzamos la fase de investigación en 2021 y ahora nos encontramos en la mitad de la fase de preparación, que concluirá dentro de un año aproximadamente.

Uno de los aspectos centrales en esta fase es el desarrollo de una metodología para determinar el importe máximo de euros digitales que una persona podría mantener en un determinado momento[21]. Los límites de tenencias son importantes para garantizar la estabilidad financiera y evitar salidas masivas de depósitos bancarios hacia los euros digitales, especialmente en momentos de crisis.

Estos límites serían lo suficientemente elevados como para evitar que afecten negativamente a la experiencia de usuario del euro digital[22].

Los expertos del BCE, de los bancos centrales nacionales del Eurosistema y de las autoridades nacionales competentes, apoyándose en sus conocimientos técnicos especializados, han comenzado a identificar los factores que podrían influir en la calibración del límite de tenencias, teniendo en cuenta las tres áreas clave definidas en el proyecto de Reglamento: facilidad de uso, política monetaria y estabilidad financiera[23].

Aunque los límites de tenencias exactos se definirían en una fecha cercana a la posible introducción y sobre la base de un proceso de gobernanza bien definido plasmado en el proyecto de Reglamento[24], nos comprometemos a garantizar que nuestra metodología sea predecible. Por ello, los expertos del BCE hablan periódicamente con consumidores, comerciantes e instituciones financieras, para mantenerles al día sobre los trabajos técnicos y recabar sus opiniones.

También estamos trabajando en la finalización de las normas de funcionamiento del euro digital, que establecerán un conjunto claro de reglas y estándares para asegurar una experiencia de usuario homogénea en toda la zona del euro[25]. Ello también ayudará a las empresas privadas a desplegar sus propias soluciones[26]. Estamos colaborando estrechamente con los representantes del Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamiento, que incluye consumidores, comercios minoristas, bancos y asociaciones no bancarias.

Además, estamos seleccionando posibles proveedores[27] que puedan desarrollar una plataforma y una infraestructura para el euro digital[28].

Por último, estamos analizando detenidamente otros aspectos técnicos básicos, como la privacidad y la funcionalidad offline. Les mantendremos informados de todos estos avances.

A finales de 2025, el Consejo de Gobierno del BCE decidirá si pasa a la fase siguiente del proyecto. No obstante, el Consejo de Gobierno no tomará ninguna decisión sobre la emisión de un euro digital antes de que se adopte el correspondiente acto legislativo.

Conclusión

Para concluir, la introducción de un euro digital en toda la zona del euro llevaría tiempo, pero es clave para el futuro de Europa. Países de todo el mundo están estudiando la posibilidad de introducir dinero digital de banco central minorista. Si queremos ser pioneros y mantener nuestra posición de liderazgo, tenemos que actuar con rapidez.

Un euro digital es un proyecto común europeo, por lo que estamos hablando con todas las partes interesadas y escuchando atentamente sus puntos de vista y preocupaciones. Mantengo igualmente mi compromiso de celebrar contactos periódicos con el Parlamento Europeo.

La introducción de un euro digital que todos los bancos y otros proveedores pongan a disposición de sus clientes y que todos los comerciantes acepten en toda la zona del euro, llevaría varios años. Los participantes en el mercado necesitan seguridad para invertir en el euro digital, lo que requiere coordinación entre los colegisladores y el banco central.

Agradezco todo el trabajo realizado por la Comisión ECON en relación con el euro digital hasta la fecha. Los debates legislativos quedan ahora en sus manos. El BCE se ofrece a colaborar con el equipo negociador y a prestar apoyo técnico continuado cuando sea necesario.

Es importante que los trabajos legislativos y técnicos avancen en paralelo, de forma rápida y en estrecha cooperación. Juntos podemos asegurar que el euro digital refuerce la soberanía financiera de Europa y sirva a todos sus ciudadanos.

  1. La estrategia de efectivo del Eurosistema tiene por objetivo asegurar que el efectivo siga estando fácilmente disponible y siendo ampliamente aceptado como medio de pago y depósito de valor. Véase también BCE (2023), «El BCE selecciona "La cultura europea" y "Ríos y aves" como posibles temas para los futuros billetes en euros», nota de prensa, 30 de noviembre.

  2. Véase BCE (2022), Study on the payment attitudes of consumers in the euro area (SPACE), diciembre.

  3. Véase Worldpay (2024), Global Payments Report.

  4. El porcentaje de empresas que no acepta efectivo ha aumentado del 4 % al 12 % entre 2021 y 2024. Véase BCE (2024), Use of cash by companies in the euro area in 2024, 18 de septiembre.

  5. El 12 de septiembre de 2024 los pagos con tarjeta en Alemania y en otros países europeos se vieron interrumpidos debido a problemas en un proveedor de servicios informáticos.

  6. Véase Eurosystem retail payments strategy. Véase también Cipollone, P. (2024), «Innovation, integration and independence: taking the Single Euro Payments Area to the next level», discurso pronunciado en la conferencia del BCE «An innovative and integrated European retail payments market», Fráncfort del Meno, 24 de abril.

  7. El dinero de banco central ya está disponible en formato digital para operaciones entre participantes en los mercados financieros a través de TARGET. En abril de 2023 anunciamos que el Eurosistema estudiará cómo liquidar en dinero de banco central las operaciones financieras mayoristas registradas mediante tecnologías alternativas, como la tecnología de registros distribuidos (DLT). Hemos creado un grupo de trabajo del Eurosistema y un grupo de contacto con el mercado para obtener asesoramiento técnico externo. Véase más información en el sitio web del BCE.

  8. Véase Letta, E. (2024), Much more than a market, abril.

  9. En junio de 2023, la Comisión Europea presentó sendas propuestas para garantizar que los ciudadanos y las empresas puedan seguir accediendo a los billetes y monedas en euros y pagando con ellos en toda la zona del euro, y para establecer un marco para una posible nueva forma digital del euro que el BCE pueda emitir en el futuro, como complemento del efectivo. Véanse la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo al curso legal de los billetes y monedas en euros, Comisión Europea COM(2023) 364 final, 28 de junio de 2023, y la Propuesta de Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la instauración del euro digital, Comisión Europea, COM(2023) 369 final, 28 de junio de 2023. Véase también el Dictamen del Banco Central Europeo, de 31 de octubre de 2023, sobre el euro digital (CON/2023/34).

  10. El artículo 14 de la propuesta legislativa también prevé el acceso al euro digital en el caso de las personas que no tienen una cuenta bancaria y el apoyo a las personas con necesidades específicas cuando empiecen a utilizar el euro digital. Para más información, véase BCE (2023), «Digital financial inclusion», octava sesión técnica sobre el euro digital organizada por el Consejo de Pagos Minoristas en Euros (ERPB), 12 de mayo.

  11. Véase Daman, M.G.A. (2024), «Making the digital euro truly private», El blog del BCE, BCE, 13 de junio.

  12. La modalidad offline permitiría utilizar el euro digital incluso con poca conexión a Internet o sin ella. Antes de efectuar un pago, el usuario debería cargar su cuenta de pago offline en euros digitales y los fondos se almacenarían localmente en su dispositivo. El pago se realizaría sin la participación de terceros.

  13. Los datos de que dispondríamos estarían pseudonimizados, por lo que no veríamos ningún dato personal que pudiera identificar a los usuarios. El banco del usuario tendría acceso a la información mínima necesaria para cumplir las normas de la UE. Nos comprometemos a utilizar las últimas tecnologías de protección de la privacidad y a seguir estudiando nuevas medidas que puedan ser viables y eficaces.

  14. Según las estadísticas de pagos más recientes del BCE, las redes internacionales de tarjetas acaparan cerca de dos tercios (64 %) de las operaciones iniciadas electrónicamente con tarjetas emitidas en la zona del euro.

  15. EHI (2023), Zahlungssysteme im Einzelhandel 2023.

  16. La propuesta legislativa prevé un modelo de compensación con incentivos económicos justos para todas las partes implicadas (por ejemplo, consumidores, comerciantes y bancos) de acuerdo con los siguientes principios: i) como bien público, un euro digital sería gratuito para su uso básico; ii) para compensar los costes operativos de distribuir el euro digital, los proveedores de servicios de pago (PSP) cobrarían comisiones a los comerciantes por los servicios relacionados con el euro digital, como hacen actualmente con otros medios de pago digitales; los PSP también podrían desarrollar servicios de pago adicionales en euros digitales para sus clientes, además de los necesarios para el uso básico; iii) se fijaría un límite máximo para las comisiones que los comerciantes pagarían a los PSP por los servicios relacionados con el euro digital para proporcionarles salvaguardias adecuadas frente a las comisiones excesivas, como señala la Comisión Europea en su propuesta legislativa sobre un euro digital; iv) el Eurosistema asumiría los costes de emisión, al igual que en la producción de billetes.

  17. Por ejemplo, el 18 de noviembre de 2023, los sistemas bancarios españoles sufrieron un grave contratiempo cuando los sistemas de la plataforma de pagos online Redsys experimentaron un fallo inesperado, que alteró servicios financieros clave en gran parte de España.

  18. Por ejemplo, los pagos condicionales (definidos como pagos que se ordenan automáticamente cuando se cumplen determinadas condiciones) o las funcionalidades que permiten dividir fácilmente una cuenta entre amigos o miembros de una familia.

  19. El BCE mantiene contactos periódicos con los participantes en el mercado a través del Consejo de Pagos Minoristas en Euros (ERPB, por sus siglas en inglés), un órgano estratégico de alto nivel encargado de fomentar la integración, la innovación y la competitividad de los pagos minoristas en euros en la UE. Véase más información en el sitio web del BCE.

  20. Para más detalles sobre el avance del proyecto de un euro digital, véase BCE (2024), Progress on the preparation phase of a digital euro – First progress report, 24 de junio.

  21. Empresas y organizaciones del sector público podrían recibir y procesar pagos en euros digitales, pero no podrían mantener esos euros.

  22. La funcionalidad en cascada permitiría a los usuarios ordenar o recibir pagos en euros digitales por encima del límite de tenencias vinculando una cuenta en euros digitales a una cuenta de banco comercial. Al recibir un pago, esto permitiría la conversión automática del dinero digital de banco central minorista por encima del umbral de tenencias en un depósito bancario mantenido en la cuenta vinculada de banco comercial que elija el usuario final. Del mismo modo, una cascada inversa aseguraría que el usuario final pueda efectuar un pago aunque el importe supere su saldo disponible en euros digitales. La liquidez adicional se sacaría de la cuenta de banco comercial vinculada y la operación se completaría en euros digitales por su valor total.

  23. En este contexto, el BCE ha iniciado un ejercicio de diálogo y de recogida de información para obtener los datos granulares necesarios para la evaluación. Véase también BCE (2024), Update on workstream on the methodology for the calibration of holding limits, 11 de abril.

  24. Véase también el artículo 40 de la propuesta legislativa sobre el euro digital, que establece que, antes de la emisión prevista del euro digital, el BCE debe presentar al Parlamento Europeo, al Consejo y a la Comisión información sobre los instrumentos destinados a limitar el uso del euro digital y los parámetros que el BCE prevé adoptar habida cuenta del entorno financiero y monetario imperante.

  25. El Eurosistema creó un Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamiento del esquema del euro digital para recabar información del sector financiero, consumidores y comerciantes. El Grupo está compuesto por 22 expertos de los sectores público y privado con experiencia en finanzas y pagos. Véase BCE (2023), Members of the Rulebook Development Group, 15 de febrero. Hace algunas semanas publicamos el tercer informe de actualización en el que se presentan los progresos realizados por el Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamiento. Para más información, véase la carta enviada por Piero Cipollone a Aurore Lalucq, presidenta de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, sobre los últimos avances del Grupo de Trabajo sobre Normas de Funcionamiento del euro digital, de 5 de septiembre de 2024.

  26. Un euro digital ofrecería una infraestructura alternativa de aceptación para pagos diarios, que los PSP y los esquemas de pago podrían utilizar para desplegar sus soluciones en toda la zona del euro.

  27. En consonancia con el mencionado enfoque centrado en la soberanía y en la resiliencia, solo las empresas registradas en la UE podrían participar en las licitaciones públicas.

  28. Para más información, véanse BCE (2024), «Calls for applications for digital euro component providers», MIP News, 3 de enero, y la carta enviada por Piero Cipollone a Irene Tinagli, presidenta de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, titulada «Update on work of digital euro Rulebook Development Group and start of selection procedure for potential digital euro providers», de 3 de enero de 2024.

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